10 agosto 2013

BONUS TRACK. ACADEMICOS Y CRITICOS. BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA





Bonus Track Complementario del Capítulo 1. “Sobre el origen y la naturaleza de las teorías sociológicas”,  del libro Teorías Sociológicas: Introducción a los Clásicos.

Para la primera clase (y para parciales y finales lógicamente)

En el texto de Javier Cristiano tiene una precisa y clara caracterización del origen de las teorías sociológicas, sin embargo apunta más a aquellas teorías que iban asociándose al término y que tienen a incluirse en lo que vamos a denominar “sociología académica” o “sociología burguesa”.
Pensado el origen de las teorías sociológicas se ha realizado la selección de “clasicos” que estudiamos en Teorías Sociológicas I (Karl Marx, Antonio Gramsci y Emile Durkheim y Max Weber por otro) la separación en dos grupo de los autores no es casual, como veremos.

Hay además de los considerados centralmente en el texto del Prof.  Javier Cristiano toda otra serie de autores, los críticos, adelantemos, que nunca se denominaron a sí mismos, al menos en los inicios, como sociólogos, ni a su trabajo como Sociología.
Si nos dedicamos a dilucidar los orígenes de la Sociología y los orígenes, posiciones y tomas de posiciones de los clásicos, en buena medida, a pesar de sus limitaciones, nos sigue resultando útil aquello que Alvin Gouldner (en “La crisis de la sociología occidental”) denomino “la fisión binaria de la sociología occidental”.

¿Cómo llegamos a esa separación entre lo que podemos denominar por un lado Sociología crítica, predominantemente marxista (aun los marxistas heterodoxos), y por otro lado Sociología académica que también suele ser denominada –aunque es una simplificación extrema- sociología burguesa?
Para ello tenemos que tratar de dilucidad por qué y en qué momento surge una especialidad científica que se plantea estudiar científicamente lo social.  Podríamos revisar como la economía y la ciencia política aparecen antes que la sociología y por qué (muy esquemáticamente podríamos decir que son perspectivas científicas –justamente la lógica racionalista de mirar las cosas que trae el orden de la sociedad industrial y que supone un proceso de siglos- que justifican el nuevo orden social, el capitalista, que se está instaurando en Europa Occidental y trabajan en su legitimación, lo que quita valor los trabajos realizados).
Si tratamos de dilucidad la condiciones socio-históricas de producción que ayudan a entender el nacimiento de la sociología como discurso de aristas múltiples, pero centralmente encasillándose en la categoría de lo científico podríamos considerar:  que en la primera parte del siglo XIX, más allá de que la cuestión todavía no está totalmente resuelta, la burguesía, la clase dominante en el nuevo modo de producción, el capitalismo, ha ya derrotado a la nobleza que era la clase dominante en el modo de producción anterior. 
La burguesía parece consolidada definitivamente cuando se debe enfrentar a un nuevo conflicto, esta vez hacia el interior del capitalismo: las luchas con el proletariado.  De alguna manera el discurso de la revolución francesa –igualdad, libertad, fraternidad- había creado las condiciones de producción para que todos los dominados (por ejemplo, también las mujeres) pudieran pensarse como explotados y dejar de pensar su situación como algo natural. 
La continuidad de la revolución era una extensión de ese discurso y las prácticas que lo acompañaron.  Si los ideales plantean la igualdad los proletarios, en términos generales y simplificando, se plantean  “Si podemos ser iguales ¿Por qué no somos iguales en lo económico? ¿Por qué la burguesía realiza unas acciones y apropiaciones que hacen imposible la igualdad?  Podemos considerar que en Europa occidental este pensamiento y las luchas que promueve tiene gran fuerza hasta la derrota de la Comuna de París, 1871. http://es.wikipedia.org/wiki/Comuna_de_Par%C3%ADs
Este es un momento en que las reformas de la burguesía optan por la más económicas y menos conflictiva construcción de la hegemonía –visible ya luego de la revolución de 1848 (esto es una simplificación, dado que cuando triunfe la revolución en Rusia, va a existir un renacimiento virulento de la lucha de clases en Europa occidental, como seguramente ya han estudiado en historia).

El eje es que el nuevo orden social, el nuevo modo de producción, el capitalismo a pesar de la ciencia y de todas sus justificaciones ideológicas, se encuentra ahora con un serio conflicto hacia su mismo interior.  Un conflicto con el proletariado, que reclama una sociedad realmente igualitaria, y se trata justamente de una de las clases fundamentales en las nuevas relaciones sociales de producción.

Frente a esto se plantea, algunos plantean, la respuesta es la ciencia. Si se desarrolla una ciencia que explique cómo funciona la sociedad y por qué se dan los conflictos, logre explicarlos, los mismos pueden ser solucionados. Si se descubren las leyes que explican el funcionamiento de lo social los conflictos se pueden resolver.  Ciencia social e “higiene social”.
Aquí aparece lo que, con cierto simplismo, Gouldner denomina “la fisión binaria de la sociología occidental”.
Hay sectores, que son los que van a ocupar lugares en la academia, en la universidad –Durkheim, Weber- que consideran que el conflicto que ha surgido puede ser resuelto sin quebrar el sistema –el capitalismo- a partir del estudio científico de lo social.  Más allá del pesimismo final de Weber.
Y ninguno de estos autores es retrógrado ni reaccionario, honestamente y con un trabajo denodado, tratan de explicar el conflicto de la nueva sociedad, su funcionamiento, las vías posibles para solucionar esos conflictos.  Son autores, los elegidos, que son clásicos porque siguen siendo la base de la Sociología contemporánea, de la sociología actual (de Bourdieu o Giddens por ejemplo).
Otro grupo, que no se denominaban sociólogos sino críticos o revolucionarios (y lo son) que a posteriori vamos a pensar su obra como contenedora de una autentica Sociología (la ciencia que intenta explicar lo social, que intenta explicar por qué los hombres hacen lo que hacen), plantean otra perspectiva de resolución que la moderna sociedad capitalista, la sociedad industrial, enfrenta con las luchas entre burguesía y proletariado. 
Estos autores (en nuestra opción por los clásicos Karl Marx y Antonio Gramsci) plantean que el capitalismo debe ser destruido y se debe construir una sociedad socialista que lleve al comunismo, cumplir con aquellos ideales de la igualdad en todo sentido (ello más allá de que ocurrió luego con los socialismos reales, ocurrencias no achacables ni a Marx ni a Gramsci).  Karl Marx y Antonio Gramsci, como los Durkheim y Weber, estudian desde una perspectiva científica el capitalismo, críticamente, para poder modificarlo a partir de comprenderlo.
En definitiva todos, académicos y críticos, van a estar estudiando la sociedad industrial, la nueva sociedad capitalista, y podemos afirmar que ese es el objeto central de la sociología hasta la actualidad.
Entonces, cuando estudiemos los principales clásicos, que son aquellos por los que hemos optado, en relación al poco tiempo con que contamos para desarrollar la materia.  Se pueden dividir entre académicos y/o burgueses (Durkheim y Weber( y críticos (Marx y Gramsci).  Esto no debe llevarnos a tomar posiciones acríticas y simplistas, estos autores trabajan sobre el mismo objeto de estudio, sobre los mismos problemas, y muchas veces comparten perspectivas y puntos de vista aunque sean en su oposición.  Todos son valiosos para comprender la Sociología y la sociedad actual, todos son valiosos para comprender lo que se denomina Teorías de la Comunicación.  Lo que aquí estamos estudiando no son sólo insumos básicos para comprender y avanzar en Teorías Sociológicas II, sino en el resto de las materias de Teoría Social, y en especial en la comprensión de las Teorías de la Comunicación.


[1] La crisis de la sociología occidental, Editorial Amorrortu Buenos Aires. ISBN 950-518-174-4 Existen varias ediciones.