Bonus Track
Complementario del Capítulo 1. “Sobre el origen y la naturaleza de las teorías
sociológicas”, del libro Teorías
Sociológicas: Introducción a los Clásicos.
Para la
primera clase (y para parciales y finales lógicamente)
En el texto
de Javier Cristiano tiene una precisa y clara caracterización del origen de las
teorías sociológicas, sin embargo apunta más a aquellas teorías que iban
asociándose al término y que tienen a incluirse en lo que vamos a denominar
“sociología académica” o “sociología burguesa”.
Pensado el
origen de las teorías sociológicas se ha realizado la selección de “clasicos”
que estudiamos en Teorías Sociológicas I (Karl Marx, Antonio Gramsci y Emile
Durkheim y Max Weber por otro) la separación en dos grupo de los autores no es casual,
como veremos.
Hay además
de los considerados centralmente en el texto del Prof. Javier Cristiano toda otra serie de autores,
los críticos, adelantemos, que nunca se denominaron a sí mismos, al menos en
los inicios, como sociólogos, ni a su trabajo como Sociología.
Si nos
dedicamos a dilucidar los orígenes de la Sociología y los orígenes, posiciones
y tomas de posiciones de los clásicos, en buena medida, a pesar de sus
limitaciones, nos sigue resultando útil aquello que Alvin Gouldner (en “La
crisis de la sociología occidental”) denomino “la fisión binaria de la
sociología occidental”.
¿Cómo
llegamos a esa separación entre lo que podemos denominar por un lado Sociología
crítica, predominantemente marxista (aun los marxistas heterodoxos), y por otro
lado Sociología académica que también suele ser denominada –aunque es una
simplificación extrema- sociología burguesa?
Para ello
tenemos que tratar de dilucidad por qué y en qué momento surge una especialidad
científica que se plantea estudiar científicamente lo social. Podríamos revisar como la economía y la
ciencia política aparecen antes que la sociología y por qué (muy
esquemáticamente podríamos decir que son perspectivas científicas –justamente
la lógica racionalista de mirar las cosas que trae el orden de la sociedad
industrial y que supone un proceso de siglos- que justifican el nuevo orden
social, el capitalista, que se está instaurando en Europa Occidental y trabajan
en su legitimación, lo que quita valor los trabajos realizados).
Si tratamos
de dilucidad la condiciones socio-históricas de producción que ayudan a
entender el nacimiento de la sociología como discurso de aristas múltiples,
pero centralmente encasillándose en la categoría de lo científico podríamos
considerar: que en la primera parte del
siglo XIX, más allá de que la cuestión todavía no está totalmente resuelta, la
burguesía, la clase dominante en el nuevo modo de producción, el capitalismo,
ha ya derrotado a la nobleza que era la clase dominante en el modo de
producción anterior.
La
burguesía parece consolidada definitivamente cuando se debe enfrentar a un
nuevo conflicto, esta vez hacia el interior del capitalismo: las luchas con el
proletariado. De alguna manera el
discurso de la revolución francesa –igualdad, libertad, fraternidad- había
creado las condiciones de producción para que todos los dominados (por ejemplo,
también las mujeres) pudieran pensarse como explotados y dejar de pensar su
situación como algo natural.
La
continuidad de la revolución era una extensión de ese discurso y las prácticas
que lo acompañaron. Si los ideales
plantean la igualdad los proletarios, en términos generales y simplificando, se
plantean “Si podemos ser iguales ¿Por qué
no somos iguales en lo económico? ¿Por qué la burguesía realiza unas acciones y
apropiaciones que hacen imposible la igualdad?
Podemos considerar que en Europa occidental este pensamiento y las
luchas que promueve tiene gran fuerza hasta la derrota de la Comuna de París,
1871. http://es.wikipedia.org/wiki/Comuna_de_Par%C3%ADs
Este es un
momento en que las reformas de la burguesía optan por la más económicas y menos
conflictiva construcción de la hegemonía –visible ya luego de la revolución de
1848 (esto es una simplificación, dado que cuando triunfe la revolución en
Rusia, va a existir un renacimiento virulento de la lucha de clases en Europa
occidental, como seguramente ya han estudiado en historia).
El eje es
que el nuevo orden social, el nuevo modo de producción, el capitalismo a pesar
de la ciencia y de todas sus justificaciones ideológicas, se encuentra ahora
con un serio conflicto hacia su mismo interior.
Un conflicto con el proletariado, que reclama una sociedad realmente
igualitaria, y se trata justamente de una de las clases fundamentales en las
nuevas relaciones sociales de producción.
Frente a
esto se plantea, algunos plantean, la respuesta es la ciencia. Si se desarrolla
una ciencia que explique cómo funciona la sociedad y por qué se dan los
conflictos, logre explicarlos, los mismos pueden ser solucionados. Si se
descubren las leyes que explican el funcionamiento de lo social los conflictos
se pueden resolver. Ciencia social e
“higiene social”.
Aquí
aparece lo que, con cierto simplismo, Gouldner denomina “la fisión binaria de
la sociología occidental”.
Hay
sectores, que son los que van a ocupar lugares en la academia, en la
universidad –Durkheim, Weber- que consideran que el conflicto que ha surgido
puede ser resuelto sin quebrar el sistema –el capitalismo- a partir del estudio
científico de lo social. Más allá del
pesimismo final de Weber.
Y ninguno
de estos autores es retrógrado ni reaccionario, honestamente y con un trabajo
denodado, tratan de explicar el conflicto de la nueva sociedad, su
funcionamiento, las vías posibles para solucionar esos conflictos. Son autores, los elegidos, que son clásicos
porque siguen siendo la base de la Sociología contemporánea, de la sociología
actual (de Bourdieu o Giddens por ejemplo).
Otro grupo,
que no se denominaban sociólogos sino críticos o revolucionarios (y lo son) que
a posteriori vamos a pensar su obra como contenedora de una autentica Sociología
(la ciencia que intenta explicar lo social, que intenta explicar por qué los
hombres hacen lo que hacen), plantean otra perspectiva de resolución que la
moderna sociedad capitalista, la sociedad industrial, enfrenta con las luchas
entre burguesía y proletariado.
Estos
autores (en nuestra opción por los clásicos Karl Marx y Antonio Gramsci)
plantean que el capitalismo debe ser destruido y se debe construir una sociedad
socialista que lleve al comunismo, cumplir con aquellos ideales de la igualdad
en todo sentido (ello más allá de que ocurrió luego con los socialismos reales,
ocurrencias no achacables ni a Marx ni a Gramsci). Karl Marx y Antonio Gramsci, como los
Durkheim y Weber, estudian desde una perspectiva científica el capitalismo,
críticamente, para poder modificarlo a partir de comprenderlo.
En
definitiva todos, académicos y críticos, van a estar estudiando la sociedad
industrial, la nueva sociedad capitalista, y podemos afirmar que ese es el
objeto central de la sociología hasta la actualidad.
Entonces,
cuando estudiemos los principales clásicos, que son aquellos por los que hemos
optado, en relación al poco tiempo con que contamos para desarrollar la
materia. Se pueden dividir entre
académicos y/o burgueses (Durkheim y Weber( y críticos (Marx y Gramsci). Esto no debe llevarnos a tomar posiciones
acríticas y simplistas, estos autores trabajan sobre el mismo objeto de
estudio, sobre los mismos problemas, y muchas veces comparten perspectivas y
puntos de vista aunque sean en su oposición.
Todos son valiosos para comprender la Sociología y la sociedad actual,
todos son valiosos para comprender lo que se denomina Teorías de la Comunicación. Lo que aquí estamos estudiando no son sólo
insumos básicos para comprender y avanzar en Teorías Sociológicas II, sino en
el resto de las materias de Teoría Social, y en especial en la comprensión de
las Teorías de la Comunicación.
[1] La
crisis de la sociología occidental, Editorial Amorrortu Buenos Aires. ISBN
950-518-174-4 Existen varias ediciones.